miércoles, 23 de noviembre de 2011
Un refuerzo para nuestro fútbol nacional...
jueves, 10 de noviembre de 2011
El tiempo en la botella...
domingo, 28 de noviembre de 2010
El Discursito...
Buenas tardes a todos los presentes:
En primer lugar, me gustaría reiterar las condolencias a nombre de todos mis compañeros a la familia y amigos de Raúl Jiménez, compañero de la carrera, fallecido el día viernes recién pasado. Algunos lo conocieron más, otros menos, pero eso no significa que pase inadvertida su partida para todos nosotros. Mucha fuerza para ellos en este difícil momento.
En segundo lugar, me gustaría agradecer a todos quienes nos ayudaron a llegar hasta este momento: padres, hermanos, familia, profesores, compañeros, amigos y todos quienes forman parte importante de cada uno de nosotros en nuestra formación como personas y como profesionales del “bien común”. Y en tercer lugar, me gustaría agradecer la confianza de mis compañeros que me designaron, mediante votación democrática, sin binominal de por medio, tamaña labor de pararme frente a todos los que nos encontramos aquí reunidos. No sé porque tengo que hacerlo en esta ocasión siendo que no hablaba ni en clases, pero de todas maneras se los agradezco, muchas gracias. Eso si debo confesar que nunca había estado tan nervioso y transpirando en mi vida. Sin duda, yo creo que hubiesen preferido que viniese el profe Bielsa a dar esta lectura de despedida, pero por culpa de Segovia no se pudo y estoy yo en su reemplazo. No hablaré 3 horas, así que no se preocupen. Seré breve.
A lo largo de nuestras vidas hemos ido observado el desarrollo de varios ciclos y me parece que éste es uno de ellos. Éste que el día de hoy, por suerte o no, llega a su fin. El ciclo del que hago referencia se inició mucho antes de pisar los suelos de esta universidad, dando esa maldita prueba llamada PSU, la cual selló el destino académico de muchos de nosotros y también determinó, para algunos, el área en el que nos desempeñaremos el resto de nuestras vidas. Algunos eligieron esta carrera como primera o segunda opción. Lo que es normal. También habíamos varios que no estábamos muy definidos en qué cosa estudiar y la marcamos dentro de nuestras opciones, por si acaso, a ver si quedábamos o no. Aún recuerdo, durante los primeros días de clases, el rostro horrorizado de Don Ignacio Pérez cuando escuchó que esta carrera fue mi octava opción. El pobre no lo podía creer mientras la mayoría de mis compañeros se reían de lo que había dicho.
Recuerdo cuando entramos a la universidad, sin importar el año, llegamos cargado con la ilusión de conseguir el anhelado cartoncito universitario, aquel que sería la llave que nos abriría más puertas en esa selva que es el mundo laboral. Llegamos, en su mayoría, arriba de una micro de color amarillo pato, de esas que hoy ya no existen, vestidos con la polera, los jeans o el buzo más ordinario que teníamos, ya que sabíamos que seríamos victimas de verdaderos animales con sed de vengar lo que vivieron el año anterior. Harto pelo rubio que antes no lo era, besos a cabezas de chancho, spray hasta en las uñas de las pies, preservativos con yogurt, ropa cortada cuidadosamente para salvar de la vista sólo las partes nobles de cada persona, piscinas llenas de residuos y material orgánico de dudosa procedencia, formaban parte del ritual del que seríamos parte. Ritual que nos iniciaba en este ciclo del que hacía referencia.
A través de estos años conocimos gente nueva, algunos se hicieron amigos, pololos, enemigos, ex y otros que simplemente no se tomaron en cuenta. A algunos les costó más recorrer este camino, ya sea por flojos, carencia de recursos, por carreteros o porque andaban a patadas con los cuatros. Algunos se echaron estadística, conta, software (no te puedes echar software) o algunas de las 15 economías que tenía nuestra carrera. Nos pasaron cosas que siempre llevaremos en nuestra memoria de este tiempo que ya pasó, como, por ejemplo, ¿Cuántos aprendieron aquí que comiendo limones se pasa un poco el efecto de una lacrimógena? ¿Quién no estuvo castigado como 3 meses alguna vez en la biblioteca por quedarse con los libros para estudiar para una prueba, sobre todo el Frank? ¿Quién no descubrió aquí que la JUNAEB aparte de dar comida entregaba los pases? ¿Quién no recordará las míticas fondas de la Usach y los paseos a Cartagena, en los cuales te ibas como una persona respetable y volvías más guasqueado que león de circo? Estas son sólo algunas de las cosas que recordaremos de nuestro paso por la universidad, ya que todos tenemos a su vez recuerdos personales de esta etapa.
Y para ir finalizando, espero, de todo corazón, que cualquiera sea el camino que sigamos cada uno de nosotros en el futuro, por favor, no se tienten con algunos milloncitos que irán apareciendo en el camino (concesionado si trabajan en el MOP), ya que no creo que quieran ver a algunos de los presentes en las noticias o en los diarios, y menos contarle a alguien que ese que sale ahí era su compañero de universidad con el que se graduaron. Espero que no tengamos un Tombolini o un Carlos Cruz entre los presentes. O al menos si caen en tentación háganla en silencio, que no los pillen y recuerden avisar para repartirnos la torta.
Al referirme a ese punto, nunca está demás decirles que lo más importante en la vida es vivirla con integridad y no dar la impresión de ser alguien que no eres. Vivir la vida de una manera honesta y compasiva, siempre tratando de contribuir de alguna manera al vilipendiado y nunca bien ponderado “sector público”, para que así seamos personas dignas a los ojos de Fayol, Taylor y Elton Mayo. Así que para concluir… Mi conclusión sería que sigan su pasión (la que sea), sean honestos consigo mismo, sean auténticos, nunca sigan el camino de alguien más a menos que se queden dormidos en la micro y no sepan dónde están, sólo ahí síganlo. Les recomiendo que nunca den consejos, ya que estos siempre se voltearan contra ustedes, tampoco sigan mis consejos, así que les aconsejo que sean honestos consigo mismo y todo estará bien.
Aunque sé que muchos de ustedes estarán preocupados por su futuro, les digo desde ya que no hay nada de qué preocuparse. La economía de Chile está en ascenso, al ritmo que se esperaba; además nuestro país se consolida en el extranjero a nivel regional; el zafrada y los mineros viven estupendamente; Colo-Colo va a salir campeón nuevamente y Miguel Juan Sebastián me acaba de llamar diciéndome que habrán muchas ofertas de trabajo para administradores públicos recién egresados en su gobierno… así que está todo bien. Todo será como miel sobre hojuelas, piensen que todos, al menos, ya han sobrevivido a un terremoto grado 8.8, ¿Qué más nos podría pasar después de eso? Recuerden también que al momento de salir a buscar trabajo pregunten si hay conexión a Facebook, ya que es ahí donde estamos llamados a pasar la mayor parte de los días de nuestra vida. Así que para concluir este discurso, olviden todo de lo que aquí he dicho y si la vida los trata bien y son exitosos, tan sólo recuerden siempre el lugar de donde vienen, sus orígenes, ya que como dijo alguna vez un gran futbolista nacional: “la fama es emífera ¿No?
Muchas gracias, muy buenas tardes.
lunes, 15 de noviembre de 2010
Fail Play...
jueves, 24 de junio de 2010
miércoles, 2 de junio de 2010
Carta de desahogo escrita por el "eléctrico"...
viernes, 23 de abril de 2010
Sin duda ya no hacen los presidentes como antes...
extranjero